Si te gusta hazte Seguidor

martes, 23 de agosto de 2011

***** 3 *****


Una vez dentro de la propiedad, Brian despertó  a sus acompañantes y descargaron el resto de comida que habían llevado a la “cueva”  que era como ellos llamaban a la casa, lo que en su día  ellos habían comprado, fue un terreno que estaba situado, entre su la ciudad que acababan de abandonar y aspe, otra pequeña población. Se encontraban, en una especie de mini urbanización, la cual constaba con alrededor de unas 9 casas, unas mas modernas y lujosas y otras, simplemente para pasar el fin de semana, las vacaciones o algún puente.

          La casa era bastante grande,  sobre unos 400 metros, repartidos en 3 plantas, un sótano que ellos habían convertido en bodega, con su barbacoa y demás comodidades, que era, donde realmente solían estar cuando visitaban la propiedad. Luego estaba la primera planta, que constaba de una gran cocina/comedor, las habitaciones y 2 aseos. Y después estaba, la planta de arriba, que era una planta diáfana, y en la que tenían un completo gimnasio y donde guardaban las armas que poseían y que solían utilizar a menudo, en el terreno colindante a la casa, que ya habían adecuado, en su momento  para ello.

          Fuera, en el jardín tenían una piscina, la zona anteriormente nombrada, para practicar el tiro,  zona de césped, arbolado y otra barbacoa, para cuando el tiempo lo permitía, el resto de la propiedad, estaba repleta de arboles, el muro que rodeaba toda la finca, estaba construido de rocalla con una altura máxima de 2.50 metros.

          Aquella noche, apenas cenaron nada,  ni siquiera subieron a dormir en las habitaciones, se quedaron en la bodega durmiendo en los sofás, habían pasado un día aterrador que ahora les pasaba factura.

          A la mañana siguiente, se despertaron alrededor del medio día, Rico conectó el televisor, pero en ningún canal estaban dando nada, en las emisoras de radio más de lo mismo, únicamente sonaba la estática. Thomas dijo que iría a la calle para ver si veía algo. Cuando Thomas llego hasta la puerta, no pudo ver nada fuera de lo normal, pero una extraña sensación caía sobre sus hombros como un mal augurio, se subió a la escalera que había junto al muro, para poder ver mejor el resto de la calle, pero tampoco conseguía ver nada, aun así sentía algo extraño, que conseguía erizarle el vello de los brazos, mientras continuaba absorto en sus pensamientos, no se dio cuenta de cómo sus hermanos, se acercaban a el por la espalda hasta que fue demasiado tarde y ambos dos comenzaron a moverle la escalera, hasta tal punto que Thomas estuvo a un pelo de caerse de ella. Una vez les contó que no se veía a nadie, les comentó, que si se habían dado cuenta de que hasta los pájaros, habían dejado de cantar, el silencio era absoluto.

          Decidieron, que dejarían pasar un tiempo, antes de volver a aventurarse fuera de la propiedad, puesto que allí tenían de todo, para pasar una larga temporada. La televisión, hacia días que había dejado de emitir, al igual que la radio, de internet, solamente tenían un vago recuerdo puesto que también dejo de funcionar, los teléfonos móviles, no eran mas que meros artículos de lujo, así que pasaban los días viendo películas, series o  entrenando en el gimnasio, Muchas veces hablaban, de que deberían salir de allí, o acabarían volviéndose locos, en aquellas conversaciones, Thomas que era un chico menos alocado que sus 2 hermanos, era quien ponía la cordura, diciendo que como se iba a aventurar a volver a la ciudad, después de ver, lo que habían visto el día de la abandonaron. Que si eran capaces de imaginarse la cantidad de aquellas grotescas criaturas, que debían de estar campando a sus anchas, por las calles de la ciudad.

Aquella tarde de diciembre, comenzó a estropearse alrededor de la 6, cuando el cielo se tiñó de negro, merced a unos nubarrones que se  acercaban a toda prisa, desde la zona de Santa Pola, poco tardaron en hacer presencia los truenos y los relámpagos, los muchachos se habían refugiado en el interior de la bodega, con la chimenea a toda pastilla, mientras evaluaban su situación. Hacia más de un mes que se encontraban allí refugiados, y desde entonces no habían visto a nadie, Brian y Rico habían intentado convencer a Thomas de que debían de salir de allí, para ver en que situación se encontraban las cosas fuera. Mientras continuaban con la discusión, escucharon una especie de chirrido seguido de un fuerte golpe, aquello no había sonado a trueno sino mas bien como el derrape de algún tipo de vehículo.

          Decidieron salir, para averiguar de que se trataba, pero no repararon en coger ningún arma de las que disponían en el gimnasio, acción que mas adelante estaría a punto de costarles la vida. Salieron al patio y se dirigieron hacia la puerta de la calle, nada mas salir observaron, que pese a llevar bastante tiempo tronando y relampagueando, apenas habían caído una gotas de agua, en su defecto una espesa niebla, lo cubría todo, también observaron que el paso del tiempo y la falta de mantenimiento se empezaba a notar en los setos de las chalets próximos, puesto que presentaban un aspecto descuidado y poco estético. Encendieron las linternas que habían vuelto a recoger, después de salir y se dirigieron calle arriba, puesto que su chalet, era el primero de aquella mini urbanización, el silencio era absoluto, salvo esporádicamente cuando algún trueno rasgaba dicha calma.  Cuando habían recorrido unos 100 metros, Brian les indico un pequeño resplandor rojizo a su derecha, que era casi invisible a través de aquella niebla.

          Cuando llegaron al origen de aquella tenue luz, pudieron constatar que se trataba de la parte de atrás de una desvencijada furgoneta, que había atravesado las puertas de madera, del chalet de Dimitri, un ruso que vivía allí con su mujer y su perro, desde hacia varios años. Tras inspeccionar la furgoneta, observaron que el interior estaba lleno de sangre y que en la parte de atrás, se encontraba Sharko, el perro del ruso, lo conocían bien por que tiempo atrás, cuando no era mas que un cachorro, siempre se escapaba de su dueño y se iba a  la  “cueva”.  Parecía aterrorizado, pues aunque estos lo llamaban y le hacían ver que eran amigos, este permanecía con el pelo del lomo erizado profiriendo unos gruñidos, que mas parecían de terror que de amenaza. Un grito proveniente del interior de la casa de Dimitri, les heló la sangre y puso en alerta todos sus sentidos, en unos momentos se enfrentarían al horror.

1 comentario:

  1. Hola cabeza loca, sigo leyendote eh que conste, desde el curro porque no tengo internet en casa. Oye yo también me he creado un blog es www.albert81.blogspot.com, lo digo para que me agregues, todavía no he escrito nada ya, publicaré algo aunque aún nosé qué, porque el libro que estoy escribiendo no quiero publicarlo por aquí ya que tengo intención de acabarlo. Si te parece bien podemos vernos este finde para hablar, porque mañana y jueves andaré liado por temas del curro. Si eso te doy un toke al móvil cuando tenga un hueco y charrem de la vida. Un saludo primmmm.!!!

    ResponderEliminar