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viernes, 26 de agosto de 2011

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Mientras se acercaban a la casa, observaron que un hilillo de sangre iba desde la furgoneta,  hasta el interior de esta.  La casa de Dimitri, era de una sola planta, bastante grande y construida con troncos de madera, había que subir 4 o 5 escalones que iban a parar a un porche, la puerta de entrada, estaba entreabierta y al igual que el suelo y la furgoneta, repleta de manchas de sangre, escuchaban alboroto dentro, pero en el idioma nativo de Dimitri, por que no conseguían entender nada, entraron a la casa, que en aquella situación a oscuras, solamente iluminada por el haz de luz de 2 linternas, daba bastante miedo. Ahora  podían distinguir mas nítidamente, como Dimitri gritaba y golpeaba algo, al parecer, todo aquel barullo procedía de la habitación que estaba al fondo del pasillo, y que sabían que era la del matrimonio, por las visitas que en otros tiempos, habían realizado a la propiedad. Aterrados se dirigieron, hacia el origen de aquellos gritos y golpes, que cada vez sonaban mas fuerte.

           Una vez frente a la puerta, la escena que veían sus atónitos ojos, les recordaba a otras vividas algún tiempo atrás, el interior de la habitación, recordaba a un campo de batalla, las mesitas estaban por el suelo despedazadas,  por todas partes de veían restos de alguna lámpara, o ropa llena de manchas de sangre, a un lado de la cama y en el suelo, forcejeaba Dimitri, intentando esquivar los monstruosos  ataques que le profería según pudieron comprobar después, la mujer de este, Irina.

          Mientras Rico y Thomas permanecían atónitos ante la dantesca escena, Brian sin pensarlo dos veces se puso junto al monstruo, que intentaba merendarse a Dimitri, y le propino varias patadas  en el costado, con la  intención de apartarlo del pobre ruso, dichos golpes le fracturaron las costillas, pero aquel ser parecía no sentir dolor, porque, inmediatamente después de recibir los golpes, se incorporó y embistió contra Brian, que sorprendido por la velocidad de reacción de aquel ser, se tropezó con  algún trasto y cayo de espaldas, viéndose indefenso ante el ataque de aquel ser, al que había reconocido como a Irina, mientras forcejeaba con ella, tratando de mantenerla separada de su cuerpo, para evitar ser mordido, observó como estaba completamente helada, el color grisáceo blancuzco que tenia su piel, la tremenda herida que asomaba de unos de sus brazos, pero que ya no sangraba, la sangre parecía haberse coagulado alrededor de dicha herida formando una especie de asquerosa costra. Mientras él luchaba con todas sus fuerzas por intentar separarla de si, Rico se acercó donde aun se encontraba Dimitri, que a su parecer, se encontraba bastante más delgado que la última vez que lo vio. Thomas había salido de la habitación, en busca de algo con lo que golpear al monstruo que atacaba a Brian y al llegar al comedor en una pared encontró una porra de souvenir que rezaba “Islas  Canarias” la cogió y se dirigió hacia la habitación, sin dudarlo un segundo en cuanto entró, asestó un tremendo golpe en el cráneo de aquel monstruoso ser que atacaba a Brian, tal fuel el golpe, que la porra, partió el cráneo, y se quedo alojada en él, mientras Brian se la quitaba de encima con una patada en el pecho.

          Aquel ser continuaba moviéndose pero de manera diferente, ahora más bien parecía la cola de una lagartija que se mueve a base de espasmos musculares, sin ningún sentido, al cabo de unos segundos se detuvo y no se volvió a mover. Entre los 3 muchachos, acomodaron a Dimitri en un sofá del comedor, mientras intentaban cortarle la hemorragia que según decía le había hecho su mujer al transformarse en aquella horrible bestia. Le había arrancado los dedos meñique y anular de un mordisco, mientras le envolvían la mano en paños, para evitar que se desangrase, Dimitri comenzó a contarles lo que había sucedido hasta llegar a la situación en la que se encontraban.

          “Irina y yo, bueno y Sharko habíamos ido a pasar el día en alicante, cuando de repente y sin mas aviso, las cosas parecieron salirse de madre, empezamos a ver como Zombis, deambulaban por la calle atacando a personas que estaban como nosotros paseando,  intentamos llegar a la zona del puerto en la que teníamos el coche, para volver a casa, pero nos fue imposible, los zombis habían surgido de la nada, y parecían haberse hecho con la ciudad se veía a policías disparándoles, sin ningún resultado, nos alejamos del puerto en dirección al centro, pero la cosa parecía que no mejoraba, una vez que estuvimos en la Plaza de los Luceros observamos como el ejercito y la policía  había, formado una barricada, vimos a los militares  disparar en todas direcciones sin conseguir que los zombis detuviesen su avance, corriendo, saltando, arrastrándonos y escondiéndonos como pudimos, logramos alcanzar la barricada y nos hicieron pasar dentro de ella.

           Una vez hubo un  grupo bastante elevado de civiles, nos montaron en un camión militar y nos llevaron hasta, según lo que nos iban diciendo una de las zonas seguras que habían conseguido crear, en lo alto del castillo de Santa Bárbara, como nos contaron más tarde,  habían algunas zonas que también consideraban seguras, como el cuartel militar de Rabasa o el estadio de futbol del Hércules. El problema es que a esos centros seguros, llegó gente que había sido infectada por aquella  plaga,  solo lograron contener la infección durante unos pocos días.  Desde las almenas del castillo la imagen que veíamos de alicante era devastadora, había multitud de incendios tanto en la ciudad como en el puerto, había barcos hundidos  por toda la dársena, pero lo mas inquietante, es que ya no se escuchaban tiroteos ni nada por el estilo, lo único que se veía moverse desde allí en las alturas, era a aquellas criaturas, que parecían haber conquistado la ciudad en unos pocos días.

          La situación en el interior de la vetusta fortaleza, comenzaba  a ser caótica, pues esporádicamente llegaban supervivientes, que lo único que hacían era aumentar las probabilidades de contagio, la escasez de alimento, pronto se hizo patente, los militares, comenzaban a perder el juicio, por que no tenían noticias del resto de zonas seguras. Y una noche, Irina y yo decidimos que había llegado el momento de largarse de allí, nos costó casi toda la noche, poder descender por la ladera de monte Benacantil, no sin algún susto claro, pero cuando el primer rayo de sol asomaba por el horizonte, nosotros ya nos dirigíamos por la Explanada en dirección al primer coche que habíamos visto en condi………..”

          Dimitri no pudo terminar aquella frase, por que acababa de desmayarse, Thomas les dijo a sus hermanos que lo atasen, porque si lo que había contado era cierto, no tardaría en transformarse en uno de aquellos Zombis, mientras terminaban de apretar los nudos, pudieron observar como las piel de Dimitri, comenzaba a perder su color original y  se tornaba de color grisáceo, con multitud de manchas oscuras por todos lados, también observaron como Dimitri emitia su ultimo suspiro, por que este abrió los ojos de repente y al segundo su cabeza colgaba hacia atrás. Decidieron que había llegado el momento de abandonar aquel lugar, revolvieron la casa en busca de algo que pudiese servirles de ayuda, Thomas volvió a la habitación de matrimonio, a por su “porra”, la escena continuaba igual solo que ahora un gran charco de sangre estaba alrededor del cuerpo de Irina, asió el mango de la “porra” y tras tironear de ella un par de veces, se soltó del cráneo con un chasquido, que erizó la piel de Thomas. Volvió corriendo a la salida donde lo estaban esperando, Brian dijo que lo único que había encontrado que le podía servir para algo, era un machete enorme de esos que se usan en la jungla, para apartar la maleza, Rico, apareció mas contento, había conseguido encontrar un pistola Tokarev la que usaba el ejercito ruso con 3 cargadores.

          Mientras hablaban de sus hallazgos empezaron a escuchar gritos provenientes del comedor, cuando se aceraron, pudieron ver como Dimitri ya no estaba sentado, se encontraba en el suelo, atado de pies y manos, profiriendo alaridos y bufidos, como si  tuviese la rabia, miraba a los chicos con la boca desencajada y dando dentelladas al aire, a la vez que reptaba por el suelo en dirección a ellos. Cuando se encontraba a menos de un metro, Rico se adelantó un paso, apuntó a la cabeza del pobre ruso y disparó, de inmediato todo aquel revuelo cesó y el silencio volvió a envolverlo todo. Se dieron cuenta, de que ya eran cerca de la 12 de la noche, decidieron sacar a Sharko del la furgoneta y marcharse a casa. La niebla había desaparecido por completo, y ahora comenzaba a llover con fuerza.

         
         

2 comentarios:

  1. el poner ilustraciones añadidas al capítulo me encanta. Voy a tener que solicitarte el correo de tu amigo por si se anima a hacerme aunque sea una ilustración como portada de mi relato.
    ¿crees que se animará?
    un saludo
    Jose G.M
    www.zombiesinfectados.blogspot.com

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    Respuestas
    1. pues todo es preguntar jose, voy a hablar con él y con lo que me dig, te digo algo vale?

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