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viernes, 27 de abril de 2012

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          Zoe les contó que  junto a  su hermano pequeño Abraham, habían sido “rescatados” por Cristo Cortes y sus hombres del interior del ayuntamiento de Albatera,  lugar en el que se habían escondido, después de haber estado huyendo durante días de aquellas cosas que les acechaban por todas partes. Con lágrimas en los ojos relataba a las torturas a las que había sido sometida tanto ella como el resto de personas que Cristo había “liberado” de las calles. Estaban mal alimentados, pasaban frio, dormían hacinados unos sobre otros en el suelo de las caballerizas de la finca en la que estaban retenidos. En más de una ocasión habían violado a alguna de las mujeres que allí había, por suerte a ella  nunca forzaron.
 

          Mientras todos escuchaban el relato que Zoe contaba en silencio, Rico,  gritaba y maldecía en voz alta a Cristo, por tratar a gente indefensa de aquella manera, y más en la situación que se encontraba la humanidad en aquel momento, mientras tanto Zoe seguía contando, que eran usados para ir a la ciudad en busca de provisiones y que en una de aquellas salidas, habían dejado morir a manos de aquellas criaturas a una chica, que tras haber sido forzada sexualmente por Ortiz, uno de los secuaces de Cristo, había arrancado de cuajo una oreja de su agresor; aquella acción la condenó a  muerte. Zoe hizo una pausa en el relato y lloró amargamente ante el recuerdo de su amiga tirada en el suelo rodeada de no muertos, mientras la furgoneta se alejaba de ella en direcciona a la granja.


          Brian se levantó del sofá, se acercó a la afligida muchacha y suavemente la envolvió entre sus brazos, susurrándole al oído que aquel despreciable ser humano, pagaría por todos los pecados que hubiese cometido, pero que tenía que ser fuerte  y confiar en que todos los allí presentes iban a esforzarse al máximo porque así fuese. Tranquilizada por el reconfortante abrazo de su nuevo compañero, Zoe continuó describiendo con todo lujo de detalles, cual era la disposición de los edificios de la granja y cuantos hombres armados había en ella.

*****

          -¡¡ quiero vigilancia las veinticuatros horas del día!!- con  esa tajante frase Cristo, dio la bienvenida a su grupo, a aquella nueva propiedad, no estaba dispuesto a que volviesen a cometer los mismo errores que les habían empujado a abandonar su primer refugio.  El problema, de aquel nuevo refugio es que carecía de los árboles frutales que hasta ahora les habían servido de alivio, en su limitada dieta. Contando con el jodido niño, los supervivientes apenas eran una decena. Desnutridos y muertos de miedo, de poco servirían si no los cuidaba y alimenta bien en la medida de lo posible, así que decidió que estarían sin salir a por víveres hasta que viese peligrar la provisiones que habían conseguido salvar de su anterior escondite.

           Hasta ese día, “vivirían a cuerpo de rey”. Subió a la primera planta y ocupó la oficina del “jefe” tal y   como rezaba un cartelito que había sobre el umbral de la puerta. Al parecer aquella oficina, había sido utilizada en otras ocasiones, puesto que las pareces aprecian llenas de grafitis y el suelo estaba alfombrado de latas y colillas de sus antiguos inquilinos. Tiró varias revistas que había en el deteriorado sofá que era parte del escaso mobiliario de aquella oficina y se tumbó en él, antes había encomendado a Mario todas las labores de organización de su nueva base de operaciones.

*****
         

          En “villa Gerson” que era como denominaba Rico a la casa de éste, los acontecimientos se precipitaban rápidamente. En la puerta de entrada a la propiedad, cada vez era mayor el número de no muertos que se daba cita, atraídos por algo que nuestros chicos desconocían. Aquellos seres, debían de tener algún sentido que les permitía sentir, u oler a los seres vivos, cosa que hasta el momento desconocían, habían cargado multitud de víveres en el interior del VEC, que Thomas había remozado para la ocasión. También habían cargado todas las armas que Gerson, había logrado acumular durante sus múltiples salidas. Prácticamente al finalizar el día, tenían todo lo que supuestamente necesitarían cargado en el poderoso vehículo, que aguardaba silencioso e inmóvil  en el cobertizo que hasta ahora había sido su hogar. Antes de retirarse al interior de la casa-árbol, habían intentado localizar a mas supervivientes por mediación de los mensajes enviados a través de la emisora, con el mismo resultado que en ocasiones anteriores. Se habían tenido que  exponer de nuevo ante la marabunta de zombis  que les aguardaban en el exterior, para comprobar que aquella puerta se mantenía firme pese a la multitud que la zarandeaba desde el otro lado.
        

           La visión de aquel ejército de monstruos descarnados  que les aguardaban era terrorífica, pero aquella sería la última noche que iban a pasar en aquel lugar, porque  a la mañana siguiente, tenían previsto salir al rescate de Abraham. Aquella horda caníbal producía un sonido mezcla de excitación y desesperación tal que les helaba la sangre en las venas, pero se repetían una y otra vez que de momento estaban seguros y que pronto abandonarían aquel lugar. Tras estudiar detalladamente los dibujos que Zoe había realizado del campamento de Cristo, Gerson indicó que junto con Zoe y Thomas, se acercarían con el VEC, hasta la entrada principal y los amenazarían mientras que Brian y Rico se habrían internado antes en la propiedad, por la “puerta de atrás” liberando a los presos y sorprendiendo por la retaguardia a los miembros de la banda  de Cortés.


          A la mañana siguiente se levantaron temprano, pero a esas horas Gerson ya estaba en pié hacía rato, les dijo que había intentando conectar con alguien de nuevo por la emisora y que tras la intentona, había decidido trasladarla hasta el VEC, para usarla en el momento que  encontrasen un lugar seguro donde hacerlo. También había introducido las gallinas en una jaula y las había puesto a buen recaudo en el interior del vehículo. Todos desayunaron y mientras lo hacían Gerson puso la casa patas arriba, buscando objetos necesarios que se les hubiesen olvidado, también introdujo a Elvis el guacamayo en su jaula y lo dejo preparado para subirlo al VEC. Cuando todos terminaron de desayunar, los hizo vestirse con ropaje militar e incluso les dio cascos que deberían de usar una vez  asaltasen el campamento de Cristo, para según dijo: “causar más sensación”. Mientras Brian,  Zoe y Thomas se dirigían con los últimos bultos que debían de cargar hacia el VEC, Rico y Gerson fueron hasta la puerta de entrada, donde aún permanecía golpeando e intentando entrar el ejército de no muertos que allí habían dejado el día anterior.


          Una vez todo estuvo colocado en su sitio, Brian que era el encargado de arrancar el VEC y conducirlo hasta las inmediaciones de la puerta lo intentó hasta en tres ocasiones, siendo en la última cuando consiguió que aquel mastodonte de metal se pusiese a funcionar, no sin antes haber tosido una gran nube de humo negro debido al tiempo que se había mantenido sin funcionar. Rápidamente y gracias a las clases que había recibido por parte de Gerson, comenzó a avanzar metro a metro, hasta que lo detuvo en el límite que  habían dispuesto entre ambos, para la acción que ahora llevarían a cabo Rico y Gerson.


          Una vez vieron detenerse el VEC en el lugar indicado, ambos quitaron los pasadores de seguridad de las cuatro granadas de mano que llevaban y acto seguido las lanzaron contra la muchedumbre que se arremolinaba en torno a la puerta y única vía de escape. Fueron corriendo a refugiarse junto al VEC, pero antes de llegar cuatro explosiones los lanzaron de bruces contra el suelo, quedando aturdidos durante unos segundos. Aquellas granadas, habían hecho trizas la puerta y a la gran mayoría de los zombis de alrededores, rápidamente Thomas y Brian los ayudaron a introducirse dentro del VEC y acto seguido, este último enfiló el vehículo hacia donde segundos antes había una multitud enfurecida, que ansiaba devorarlos. Cuando cruzaron el umbral de la puerta la imagen era desoladora, cientos de cuerpos yacían esparcidos por doquier,  muchos de ellos, aun continuaban arrastrándose cuando les faltaba miembros, otros continuaban en pie, pero con heridas que desafiaban toda lógica medica. El VEC avanzaba sobre aquella alfombra de carne y huesos que crujía bajo sus seis enormes neumáticos. La explosiones habían incendiado varios de los vehículos que se encontraban cerca, también habían proyectado restos de aquellas criaturas  hasta la cuarta altura de los edificios colindantes.


          Gerson iba en el en el puesto de mando de la torreta giratoria, junto con Rico y en los puestos posteriores iba Zoe y Thomas. Gerson indicaba a Brian, por donde debía de avanzar, para salir hasta la carretera general que los llevaría dirección Albatera. Ahora el VEC  iba atropellando a todas aquellas criaturas que en un intento de alcanzar a sus ocupantes se acercaban demasiado, mientras tanto en la parte trasera, Thomas y Zoe mantenían a raya a los desdichados que se acercaban por los laterales, aunque nunca conseguirían encaramarse a lo alto del VEC, puesto que su lentitud y su aparente carencia de inteligencia se lo impedía. Resultaba un tanto macabro, ver como aquel monstruo de metal, al que Thomas había dotado de una cara terrorífica, iba “engullendo” a cualquier ser que se interponía en su camino. Lentamente, a la vez que iban alejándose de allí, la cantidad de zombis también disminuía, aunque algunos de los que habían sobrevivido a las fauces del VEC seguían tras él pero cada vez más alejados.


          En su camino hacia las afueras de la ciudad, pasaron junto al remolque que en su día había servido a Zoe de refugio y ésta se lo comunico a los chicos mientras veía poco a poco como se perdía en la distancia.  Aquel demonio de metal, conseguía desarrollar una velocidad que rondaba los noventa kilómetros por hora, pero Gerson aconsejó a Brian que redujese hasta los cuarenta kilómetros hora, para  mantenerlo bajo control a la hora de esquivar otros vehículos y con el propósito de ahorrar combustible, pese a que contaba con el depósito lleno por completo. Habían conseguido salir a la carretera que en unos kilómetros los llevaría hasta albatera y desde ahí, al refugio de Cristo serian unos cuarenta o cuarenta y cinco minutos, dependiendo de las dificultades que encontrasen en el trayecto. Todos iban en silencio, atentos a cualquiera de aquellos caminantes que esporádicamente aparecían entre los vehículos abandonados en la carretera. En pocos minutos, habían alcanzado el cruce de carreteras que les llevaría hasta albatera, si continuaban recto o bien si se desviaban a la izquierda irían hacia Torrevieja, atravesando todos los pueblos intermedios. En aquel cruce había  una gasolinera, en el margen izquierdo de la carretera y unos metros más adelante, a mano derecha estaban las ruinas de lo que antiguamente había sido una fábrica de cerámica.
*****
          Ortiz, había sido el primero en divisar el vehículo militar, que se acercaba desde Crevillente en la dirección que ellos se encontraban. Rápidamente salto de su puesto de vigilancia y a todo correr se dirigió al edificio de oficinas en el cual se encontraba Cristo y Mario organizando lo que sería la próxima salida que llevarían a cabo  en unos  días.
 -¡Rápido venid fuera, tenéis que ver esto!- grito desde la puerta
         
           A la carrera Cristo y Mario salieron del edificio y siguieron a Ortiz hasta el muro. Una vez allí pudieron comprobar cuál era el motivo de  qué Ortiz estuviese tan exaltado. A unos cien metros de allí un vehículo militar, con una horrible cara pintada en su morro, se dirigía hacia donde ellos se encontraban, Cristo mandó que todos se ocultasen, pero para cuando cayó en la cuenta ya era demasiado tarde,  aquel vehículo militar, se había detenido a unos escasos cuarenta metros de la puerta de entrada.
***** 
          -¿estás segura de que esos vehículos de la puerta pertenecen a la banda de Cristo?- pregunto Gerson, al ver como Zoe había palidecido al ver aquellos vehículos tras las puertas de la antigua fábrica. Ésta asintió con un leve movimiento de cabeza, aunque comento que no estaban todos los vehículos de que disponían, solamente había tres. Brian detuvo el vehículo frente a la puerta de entrada, a la espera de que Gerson le dijese como proceder. Tras unos minutos de duda, Gerson índico a los muchachos que cogiesen sus armas y que se preparasen para entrar en aquel recinto, índico a Brian que se acercase lentamente hasta la puerta y que cuando estuviese junto a ella se detuviese.

          Dentro de la fábrica, la tensión era máxima todos los hombres de que disponía Cristo, estaban apostados tras las furgonetas con las armas preparadas y a la espera de que su jefe diese la orden de atacar, pero aquello nunca ocurriría, puesto que Cristo pese a la maldad que lo dominaba,  era consciente de que enfrentarse a un carro blindado con militares armados en su interior, era cosa de locos. Mientras tanto el VEC ya estaba detenido frente a la puerta…

          -¡Cristo Cortes!- gritó una potente voz desde el exterior
          -¡sabemos que estas en el interior, queremos hablar contigo, así que abre la puerta o la echaremos abajo!- continuo vociferando la voz desde el otro lado de la puerta  
        
           Ante aquella amenaza, y tras pensarlo detenidamente Cristo ordenó que apartasen los vehículos de la puerta y la abriesen, mientras él trataba de ganar tiempo…

          -¿Quién eres y como conoces mi nombre?- gritó mientras desatrancaban la puerta. 

          Pero nadie contestó… una vez la puerta estuvo abierta, aquel vehículo avanzo lentamente hasta el interior  de la fábrica y se detuvo, rápidamente las miradas de Gerson y Cristo se cruzaron y mantuvieron su primer combate visual, en el que ninguno de los dos retrocedió un ápice. El primero que habló fue Gerson
         
          -se que te has dedicado a retener a personas a las que has tratado como animales, violado y dejado morir a mano de los zombis- comenzó diciendo
          -actos que en otro tiempo te habrían supuesto la cárcel, pero supongo que eso lo sabrás de sobra puesto que has sido representante de la ley-
          -¡dime lo que buscas y terminemos de una vez!- le increpó Cristo
          -Está bien- contesto Gerson –quiero que liberes a todas las personas que retienes y en especial a un niño que se llama Abraham- sentenció

           El tiempo transcurría lentamente, en aquel tenso ambiente en el que ambos bandos se apuntaban mutuamente con multitud de armas, hasta que por fin Cristo contesto a Gerson, viendo la poderosa ametralladora que apuntaba de un lado a otro

          -está bien los liberaré- dijo Cristo, con la cara de quien se ha tenido que doblegar ante un rival superior a él, pero a cambio pidió que tendrían que entregarles aquel vehículo y parte de la comida que transportasen en él.

          -jajajaja- rió Gerson -solamente os concederé parte de la comida que llevamos, ni por asomo os entregaríamos ningún tipo de armas y mucho menos el vehículo, para eso tendríais que visitar Crevillente y elegir el modelo que mas os guste de los que allí hay abandonados, eso sí tener cuidado, puesto que está infectada de no muertos con muchas ganas de alimentarse-

          Cristo mandó  sacar a todos los retenidos mientras Thomas y Zoe tiraban desde el interior del VEC un par de mochilas con comida y agua. Cristo comenzó a reírse a carcajadas cuando por primera vez durante todo aquel enfrentamiento pudo ver a Zoe en la parte trasera de vehículo mirándolo fijamente con unos ojos que irradiaban un odio feroz hacia su persona.

          -debí de imaginar que tú estarías tras este altercado, pero estate tranquila que seguro que volveremos a vernos y entonces podré darte tu merecido- le dijo con voz burlona, mientras se daba la vuelta.

           Al cabo de varios minutos los supervivientes salían del lugar donde estaban retenidos y a la cabeza de ellos Abraham que salió corriendo a abrazarse con su hermana que había bajado del VEC para recibirlos, se fundieron en un fuerte abrazo, pero rápidamente Zoe lo hizo subir al VEC, saludó al resto de prisioneros mientras éstos subían a la furgoneta que Cristo les había entregado, eran muchos menos que cuando ella se encontraba presa también, pero no quería perder más tiempo averiguando que había pasado, porque odiaba estar  en  aquel lugar bajo la atenta de mirada de quienes la habían hecho sufrir tanto. Así que volvió a la seguridad del VEC, mientras Salomón, uno de los rehenes ponía en marcha la furgoneta y salía de aquel lugar rápidamente. Entre tanto Gerson y Cristo, se dedicaban las últimas palabras manteniéndose la mirada mutuamente, mascullando entre dientes Cristo dijo:

          -¡os encontraré y borrare esa sonrisa pretenciosa de tu boca, hijo de puta!- dirigiéndose a Gerson.

          Sin dejar de mirar a los ojos enrojecidos por la rabia de aquel despreciable ser humano, Gerson dedicó un saludo militar con una sonrisa de oreja a oreja y le dijo a Brian que diese media vuelta para salir de aquel lugar, mientras Brian movía el VEC Rico giraba en sentido contrario la torreta, para no dejar de apuntar a Cristo y sus hombres. Y de aquella manera se despidieron  de Cristo Cortés y su banda, en aquel primer enfrentamiento.

2 comentarios:

  1. Tenian q haberse cargado a ese cabron...Por el momento m gusta. M mola conocer las localizaciones. Eso si...echo d menos las ilustraciones de los primeros capitulos... Estaban guapas!!. JOAQUIN

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    1. Bueno tiempo al tiempo, a cada cerdo le llega su san martín. En cuanto a las ilustraciones, Jesus que es el artista, decidio hacerlas de manera desinteresada y ahora acaba de montar un negocio, asi que creo que estara un tiempo sin hacerlas, si es que vuelve a hacerlo para el blog. De todas formas en hablar con él, le comentare que los lectores echan de menos sus obras!!! Gracias Joaquin

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